En octubre del año 2015, un grupo de jóvenes de Santa Catarina Masahuat (Sonsonate) apoyados por la Fundación Maquilishuatl y Progressio, empezaron a construir con técnicas eco-amigables un espacio para su formación. El grupo se llama MIJUDEM, Mesa Integral Juvenil para el Desarrollo Municipal. Además de construir el espacio exclusivamente para ellos, también construyeron una zona de juegos para toda la comunidad, con énfasis en los niños.
Tres grupos de voluntarias y voluntarios británicos trabajaron de la mano con jóvenes de la zona para construir este lugar junto al salón de usos múltiples.
Incluso el Embajador de Reino Unido visitó la zona para conocer el trabajo en el que habían estado involucrados los jóvenes (que fue financiado en parte por contribuyentes ingleses).
La alcaldesa Alba Yesenia Eguizabal firmó y selló el 6 de julio de 2016 una carta donde se comprometía a «cuidar las obras y velar por la seguridad de la población que hacía uso de ellas».
En el lugar se impartieron talleres de música, teatro y contraloría social, entre otros. Esto último probablemente era lo peor visto por las autoridades.
Ante los rumores de que la alcaldesa pretendía destruir lo construido para hacer una cancha de fútbol, a pesar del suficiente espacio que tiene atrás, los jóvenes se movilizaron con publicaciones, una concentración y una visita a la radio. Se envió un comunicado a todas las organizaciones nacionales e internacionales. También se publicó al respecto en «Vanguardia«.
Dado que la alcaldesa es del PDC, se le pidió su posición sobre el comunicado al todopoderoso Rodolfo Parker y respondió lo siguiente:
A pesar de esto, se detuvieron los trabajos. Llegó el día de las elecciones y Equizabal fue reelegida. El día siguiente, 5 de marzo, a pesar de cualquier compromiso por escrito, las obras fueron destruidas:
Así pasa cuando se puede dirigir las cosas como si se tratara de tu finca y nadie cuestiona que la alcaldía quede en manos de la misma familia o cuánto ha crecido su casa familiar en el casco urbano. Este es El Salvador que tenemos, en donde todos hablan de castigar a «los menores infractores», pero no cuestionan su rol al excluirlos y dar cabida a que criminales sí los hagan sentir acogidos y respaldados.
No soy parte de ninguna de las organizaciones, así que mi escrito no los representa. Solo me indigna, como salvadoreño y como persona que sigue sufriendo a este partiducho que jamás va a desaparecer y sigue consumiendo mis impuestos como sanguijuela. El comunicado oficial se los dejo a continuación:
Ex360 
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